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Resulta bochornoso que se haya tratado de implicar a Lionel Muller en un asunto como ha sido el positivo a un estimulante de un ejemplar en una carrera de la magnitud del Clásico del Caribe

Joe Bruno  PRIMERA HORA



Joe Bruno (Primera Hora)

La semana pasada buscando en la Internet, intentamos conseguir alguna reacción de parte de algún allegado del ganador del Clásico del Caribe el 3 de diciembre, el ejemplar My Own Business, que como es conocido, arrojó resultado positivo a cafeína en las pruebas de orina que son compulsorias en ese evento.

Visitamos la página cibernética del periódico El Nacional, de Venezuela, y cuando entramos en su sección de informaciones deportivas, no sólo nos topamos con algunas reacciones de uno de los propietarios del ejemplar y su entrenador, sino con algo mucho más asombroso que lo que estos señores declararon a la prensa, ante lo que denominaron como una ofensa.

El colega periodista César Augusto Rivero publicó en su extensa reseña sobre lo ocurrido, refiriéndose a la potranca Brícola, lo siguiente:

"Este ejemplar, se pudo conocer, pertenece a las sedas de la divisa Buckeye Stable y uno de sus dueños, según trascendió, es Lionel Muller, justamente el presidente de la Confederación Hípica del Caribe, quien envió desde la Isla del Encanto los papeles de descalificación de My Own Business al propietario Hugo Albarrán Acosta".

No estamos aquí para defender a Muller. Pero debemos hacerlo, porque quienes le conocemos sabemos de su integridad como persona y como profesional. Más aún, de su seriedad y responsabilidad en pro del hipismo no solamente local, sino internacional.

Por eso fue escogido presidente de la Confederación Hípica del Caribe. Porque los que están a cargo de votar en el pleno de ese gremio le conocen. Porque ha sido parte de varias entidades en la hípica local y porque se ha ganado el respeto y la confianza de todos los integrantes de la hípica de Latinoamérica.

Resulta un hecho totalmente bochornoso el que un periodista extranjero haya tratado de implicar a un funcionario hípico internacional, como lo es Muller, en un asunto muy delicado como ha sido el positivo a un estimulante de un ejemplar en una carrera de la magnitud del Clásico del Caribe.

¿Con qué fin Rivero trata de implicar a Muller en el positivo de My Own Business insinuando que es uno de sus dueños y por eso el resultado adverso para el ejemplar venezolano?

Es claro que esto es producto de una desinformación. Si tiene duda sobre la relación de Muller con Brícola, haga el intento por contactar a Muller en Puerto Rico y pregúntele al respecto.

No dispare tiros a ciegas, sin saber hacia donde van dirigidas esas balas. La potranca pertenece al doctor Luis Enrique Ortiz en sociedad con el deportista Pedro "Cuco" Ortiz, personas que cuentan con mucha integridad tanto en su carácter personal como profesional.

Le recuerdo además al colega periodista, que Venezuela es el único país que ha sido descalificado de la primera posición en el Clásico del Caribe en más de una ocasión. La primera vez fue precisamente en Puerto Rico cuando los ejemplares Río Chamita y Landrea, que llegaron en las primeras dos posiciones, dieron positivo en 1991.

La seriedad que guarda el evento en cuanto a las pruebas de dopaje de los ejemplares es tal, que Puerto Rico llegó en las primeras dos posiciones con los ejemplares Golden End y Waki Boy en el Clásico del Caribe de 1994 celebrado en El Comandante y ambos fueron descalificados por dar positivo también.

¿O es que por haber sido celebrado en Puerto Rico el clásico ese año, se iba a esconder el resultado de las pruebas?

¿De qué estamos hablando? De un intento de manchar una reputación, de buscar una excusa ante un hecho bochornoso, no sólo para la hípica venezolana, sino para el propio Clásico del Caribe, que ante situaciones como estas pierde la seriedad que se le ha tratado de dar hasta el punto de convertirla poco a poco en una carrera que trasciende el mundo entero.

  Martes 26 de diciembre de 2000

PUERTO RICO

DIARIO : Primera Hora
  AUTOR: Joe Bruno