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viernes, 5 de diciembre de 2003

Indeleble huella de My Own Business



Por Javier Colón Dávila
End.jcolon@elnuevodia.com

CANOVANAS - A un día de que My Own Business tenga la oportunidad en la Copa Confraternidad de empatar la marca de todos los tiempos de victorias para un ejemplar en clásicos, dos figuras cercanas al equino conversaron con El Nuevo Día sobre sus experiencias y éxito de los pasados seis años con el ya legendario caballo venezolano.

A juicio de su jinete 'trackeador' Roberto Torres (aquel encargado de montarlo durante los ejercicios matinales), la personalidad de My Own Business es lo que le ha permitido imponerse en 34 clásicos, incluyendo el Clásico del Caribe del 2000 y la Copa Con fraternidad del 2002.

"Es un caballo demasiado serio y cuando va a correr va a correr, pero también es muy manso y dócil", explicó al señalar que otro aspecto que le favorece es su tamaño: 500 kilos, cuando sus competidores rondan los 430.

Estos días son particularmente satisfactorios para Torres debido a la proximidad de empatar la marca mundial. Claro está, la expectativa de hacer historia también arrecia la presión por encima de todos los que componen su equipo de trabajo y Torres es uno de ellos.

"Es como tener las llaves de un Ferrari, pero uno se contenta porque uno participa en algo que es historia", dijo el hombre de 43 años y natural de Caracas.

Según Torres, quien intentó sin éxito ser jinete pero su peso opinó otra cosa (problemas de peso), el carácter del caballo se ha mantenido igual durante sus seis gloriosos años y cuatro de competencia.

"Siempre ha sido el mismo caballo. Siempre con ganas de correr y trabajar".

Aparte de que en Venezuela consume comida importada, su dieta resulta similar a la de cualquier otro caballo de carreras: pasto y granos.

Torres ha estado junto a My Own Business desde que era potro y, naturalmente, sabe que cuando el ejemplar sea enviado a la recría las emociones serán difíciles de manejar.

"Lo domé y todo", dijo. "Eso pega (impacta). Uno lleva seis años trabajando con él, desde potrito. Lo extrañaremos un poquito", dijo.

De igual forma se siente Herminio Salazar, el capataz del equipo capitaneado por el entrenador Antonio Bellardi. Salazar explicó que el retiro definitivo del caballo representará para él su segunda separación de My Own Business, ya que en 2001 hizo campaña en los hipódromos Saratoga y Calder, ambos en Estados Unidos.

"Ya nos pegó una vez cuando se fue a Estados Unidos y cuando se vaya nos va a pegar", reconoció Salazar mientras era observado por el protagonista de esta historia.

El ejemplar sufrió a finales de septiembre de un cólico que por primera vez en su vida puso nerviosos a sus maneja dores.

"FUE BASTANTE fuerte. El se desesperó y como no estábamos acostumbra dos a verlo así nos asustamos bastante", reconoció Salazar.

A cargo de administrar la comida y las medicinas que ingiere el caballo, Salazar atesora los buenos recuerdos que la ha regalado My Own Business, que es precisamente de lo que se tendrá que aferrar cuando sea retirado.

"Nos ha acostumbrado a muchas satisfacciones. Esperamos siempre lo positivo para él y estamos acostumbrados", dijo el capataz de 32 años con 10 años de experiencia en el hipódromo La Rinconada.